Los niños en el ministerio de Jesús. Sujetos de curación, modelos del Reino

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A pesar de su irrelevancia social y la dependencia permanente del mundo de los adultos, niños, enfermos o moribundos, no quedaron excluidos de la actividad taumatúrgica de Jesús.Entre los enfermos aquejados de toda clase de dolencia también hubo niños y/o adolescentes. La actuación sanadora de Jesús no se redujo a la curación de pacientes adultos. Dado el contexto social en que se movía Jesús de Nazaret el hecho no es indiferente.

Con todo, llama la atención que las curaciones, operadas por Jesús a favor de un/a niño/a no fueran, en ningún caso, pedidas – ni deseadas siquiera – por sus directos beneficiarios. Fueron adultos, familiares o patronos, del enfermo quienes recurrieron a Jesús. Y Jesús aprovechó su petición de ayuda para, de forma ordinaria, hacerles iniciar un proceso de fe. Curando a los pequeños, hizo creyentes a los mayores. O pedía fe antes de actuar la sanación o acompañó el camino hacia ella mientras sanaba al niño enfermo.

En la proclamación del reino de Dios que Jesús llevó a cabo, los niños aparecen no muy a menudo. Pero – y el hecho es relevante – cuando se refiere a ellos, toca elementos esenciales de su evangelio: en algún momento se sirvió deniños para criticar la incredulidad de su generación; en otros, los puso como modelo y camino para entrar en el reino que predicaba o llegó, incluso, a presentarlos como acertados confesores de su dignidad mesiánica.

Lo que no deja de llamar la atención, pues en su entorno social los niños y adolescentes no eran muy apreciados. Más aún, en la preferencia que Jesús manifiesta por el pequeño e insignificante se están manifestando las preferencias de Dios. Si el niño – quien se quiere hacer como tal – es ‘grande’, es porque el Dios de Jesús así lo valora y quiere. Y es lo que Jesús proclama. El Dios de Jesús no es un Dios pequeño, pero es Dios de los pequeños y para ellos.

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