Experimentar, contemplando, lo que se ha de anunciar, predicando
“No hay evangelizador que no haya sido antes evangelizado. El libro pone en orden los factores: el anuncio del Evangelio de Jesús se funda en la experiencia de haber sido antes agraciados por el amor de Dios que nos habla como amigo. Lo que hemos visto y oído es nada menos que Jesús, el Verbo de Vida…, la Vida que se ha hecho visible.
Esta es la perspectiva de fondo en la que Juan José Bartolomé invita al lector(a) a sumergirse. La travesía se inicia con el retorno de la Palabra al Pueblo de Dios – exiliada y en retorno – y la relación genuina de todo apóstol con ella: contemplar al Señor, reconociendo que somos criaturas de la Palabra y servidores de ella. La segunda parte del libro mira la misión del apóstol: orar la Palabra y aprender con ella a ser testigos del Resucitado, acompañando la vida, discerniéndola como María y viviendo la compasión de Dios. Somos herederos de testigos y la Virgen María es testigo y guía segura. Con ella, en las páginas finales, reconocemos al Dios que nos salva y nos pide servir a los demás, sin excepciones ni dilación.
Recorrer estas páginas será, sin duda, una ocasión para evangelizarse, recuperando el frescor, el impulso y la fuerza para vivir y anunciar el Evangelio.
En un mundo donde el Dios que nos habla como amigo parece olvidado, Juan José Bartolomé nos empuja a ser profetas del Dios que salva.”
Alberto Lorenzelli Rossi
Obispo Auxiliar de Santiago,
Vicario para el Clero