“Para afrontar los desafíos actuales y futuros de la vida consagrada y de la misión en toda la Congregación, el salesiano ha de ser místico, porque se ha topado personalmente con Cristo Jesús…; se convierte en profeta, si vive y trabaja junto al hermano que Dios le ha dado…; se hace siervo de los jóvenes, cuando para él llegar a ser […] la única razón de su vida y la causa de su entrega exclusiva a Dios
“Mi agradecimiento sincero a Juan J. Bartolomé, por el esfuerzo realizado en estas lectios que presento y que pretenden fundamentar evangélicamente la radicalidad extrema que conlleva el seguimiento de Jesús, una exigencia que no es opcional para quien desee tener como “regla viviente” al Jesús “anunciado en el evangelio (Const. 196)” (Don Pascual Chávez, Rector Mayor emérito, en el prólogo del libro)