Nueva publicación de Juan J. Bartolomé.
Jesús deja este mundo sin escribir documento alguno. Él vive una vida de relación con el Padre, del que habla a quienes están a su lado. Estos, el día de la Resurrección, comienzan a proclamarlo públicamente “Señor y Cristo” (Hch 2,36). Lo nuevo que están viviendo los lleva a iniciar una vida en común, a la que integran paulatinamente a quienes confiesan a Jesús como Señor y Mesías. El cristianismo, la fe y la vida común, nació en torno a un grupo de testigos. Sin testigos del Resucitado no tiene futuro la fe ni presente la Iglesia