¿Cómo oraba Jesús? ¿Cuáles eran sus palabras? ¿Qué importancia tenía la oración en la vida y obre de Jesús? ¿Cómo fue su experiencia orante y qué podemos aprender de ella? Preguntas que nos pueden ayudar a profundizar y comprender este aspecto íntimo de la vida del Maestro de oración y del cual emanaban sus decisiones, palabras y aliento. El libro es una invitación a orar como Jesús, camino de vida que será de grata ayuda para intimar con Dios y ser portavoz del Reino de los cielos.
Dos son los motivos que me han llevado a escribir este libro. El primero parte de una penosa observación: los evangelizadores hoy, urgidos como están por tantas ocupaciones y llenos de preocupaciones, apenas encuentran tiempo para orar; y si alguna vez lo tienen, andan sobrados de cansancio y escasos de ganas. Escuchar al Padre en el corazón de la vida y en lo íntimo del corazón (cfr. Mt 6, 6) o callar en su presencia como siervo ante su Señor (cfr. Sal 123, 2) no parecen ser quehaceres prioritarios del apóstol de Cristo hoy.
La segunda razón nace de un arraigado temor: los creyentes estamos corriendo el riesgo de silenciar a Dios no porque hablemos de él, sino porque apenas dialogamos con él. Hablar de Dios sin haber hablado con él no nos hace mejores testigos, ni sus más eficaces representantes. Dios se está quedando sin portavoces, porque antes no ha tenido interlocutores.