Gianni Barbiero, Le confessioni di Geremia. Storia di una vocazione profetica (La parola e la sua ricchezza, 15; Milano, Ed. Paoline, 2012), pp. 167, € 17,00.
La figura de Jeremías es fascinante. Entre las figuras proféticas es seguramente aquella más “individual”. Los profetas son presentados normalmente como personas todas de una pieza, perfectamente identificadas con su misión. Hay poco espacio para la individualidad. En cambio, en Jeremías existe como una dicotomía entre su persona y su misión. Es un tímido joven de una aldea, llamado a hacer frente al rey y a los sacerdotes, los poderosos de la tierra. Él ha recibido una misión inadecuada a sus fuerzas.
Había imaginado su misión de forma diferente, cuando Dios lo había llamado. Un Dios, también esto, diverso de aquel que Jeremías se esperaba. Un Dios que no era sólo el Dios cercano, el Dios bueno, sino también el Dios lejano, a veces incomprensible. ¿No es precisamente esto, la diferencia con los esquemas humanos, el signo de su autenticidad? El Dios de Jeremías no es fruto de las manos del hombre, no es una proyección de los deseos humanos; ha llevado a Jeremías allí donde él no habría querido ir.
El objeto del presente volumen son las cinco “Confesiones” de Jeremías, cinco perícopas absolutamente originales, colocadas entre los capítulos 11 y 20 del libro, que son como el diario íntimo de su vocación, de sus luchas con el Señor que lo llama, de sus crisis, de su deseo de dejar todo allí y ser un hombre cualquiera, como los demás. Estos textos están precedidos por el relato de su vocación, el capítulo 1, que constituye el preámbulo lógico de las Confesiones.