Los orígenes de la fe y de la comunidad cristianas. “Y seréis mis testigos” (Hch 1,8).


Nueva publicación de Juan J. Bartolomé. 

Jesús deja este mundo sin escribir documento alguno. Él vive una vida de relación con el Padre, del que habla a quienes están a su lado. Estos, el día de la Resurrección, comienzan a proclamarlo públicamente “Señor y Cristo” (Hch 2,36). Lo nuevo que están viviendo los lleva a iniciar una vida en común, a la que integran paulatinamente a quienes confiesan a Jesús como Señor y Mesías. El cristianismo, la fe y la vida común, nació en torno a un grupo de testigos. Sin testigos del Resucitado no tiene futuro la fe ni presente la Iglesia

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